Seventh-Day Adventist Church

Mensaje del Director

A LA IGLESIA DE LA UNIÓN DEL PACÍFICO

Enero, 2014
 

Los mejores días para el evangelismo están ante nosotros. Es cierto que hay quienes opinan que los días del evangelismo han llegado a su final, sin embargo consideremos la estrategia de Jesús.

Primero lo vemos orando: “En esos días Jesús fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios” (Luc. 6:12). En la oración encontramos dos elementos importantes: a) claridad de perspectiva y b) bendición. Segundo lo vemos instruyendo al pueblo: “En otro sábado, Jesús entró en la sinagoga y se puso a enseñar” (Luc. 6:6), esta es parte de la tarea que tanto ministros como laicos debemos hacer con el propósito de avanzar la obra del Señor. Tercero, Jesús ministró a las necesidades espirituales y de sanidad de las multitudes: “Los que habían sido atormentados de espíritus inmundos, quedaban sanados” (Luc. 6:18). Cuarto, proclamó el reino de Dios: “Bienaventurados los pobres, porque el reino de Dios es vuestro” (Luc. 6:20).

Cuando consideramos estos aspectos del ministerio de Jesús varias cosas salen a relucir. El ministerio de Jesús fue altamente bendecido porque siempre ministró dependiente del poder, la dirección y la bendición del Padre celestial. Como ministros y como miembros del Cuerpo de Cristo haríamos bien en seguir su ejemplo. La iglesia de hoy sigue necesitando ministros que estén conscientes de la importancia de la instrucción permanente del pueblo. Una iglesia que es instruida por su pastor, será una congregación sólida en los principios de la Palabra. Otro aspecto maravilloso del ministerio de Jesús es verlo ministrar a las necesidades de las multitudes. Sabemos que existen ministerios centrífugos (de alcance) y ministerios centrípetos (de fortalecimiento) espiritual. Estos dos aspectos del ministerio no pueden ni deben ser olvidados. Una iglesia que lleva adelante un plan que combine estos dos aspectos verá un crecimiento no sólo numérico, sino de fortalecimiento espiritual.

Por último, no olvidemos que somos objeto del gran llamamiento del Señor para proclamar las buenas nuevas de Salvación hace falta que nos sacudamos la indecisión y salgamos en el nombre poderoso del Eterno Redentor a proclamar con valor, fe, y perseverancia las gloriosas verdades de nuestro Salvador Jesucristo. 

Como director del Departamento Hispano de la Unión del Pacífico de los Adventistas del Séptimo día, les invito y animo a unirse conmigo para llevar adelante la obra del Señor en todo el territorio que nos ha sido designado. La estrategia que tienen en sus manos cumple ese propósito. Al implementarla estoy seguro que el cielo verá con agrado nuestro esfuerzo y tanto los administradores, como los ministros y laicos seremos ricamente bendecidos en nuestro esfuerzo por el avance del evangelio en nuestra generación. “Gozaos en aquel día y alegraos; porque vuestro galardón es grande en el cielo” (Luc. 6:23).

En el servicio de Cristo,

Jorge P. Soria, Asistende del presidente para los

Ministerios Hispanos